Daily Life in Northern Mexico
During the first half of the 20th century, numerous social, economic, political and cultural changes shook Mexico. They were not alien to the De la Torre family. Their papers offer an account of the transformations in their Mexican contemporaries’ daily lives, manners, customs and practices, particularly of Catholic “norteños” (northerners).
One of the family’s main concerns was education. Their values consisted of bringing up good Catholics and citizens of service to their country. The oldest brothers played an active role in their younger siblings’ education, Maria in the domestic front while Ignacio, Francisco and Alfonso arranged opportunities to continue their studies, instructing them through letters and by contributing funds. The whole family, with limited financial means, was invested in each of its members’ continuous education. In their correspondence, they solicit and borrow books or sheet music as well as share opinions about articles, conferences or spiritual exercises. It also documents details of their daily life, from little family quarrels or errands for relatives to their dreams and aspirations —pursue a music career; listen to a son’s first mass; find a wife for oneself or a brother; build a house or start a business.
On this last respect, they reveal themselves as tenacious small traders, employees and entrepreneurs. Don Ignacio dispensed legal and accounting advice to his sons, who are eager to receive some direction. Each and every one supported the other with capital or business contacts. Letters by Benjamin, who would later become a successful businessman, reflect the story of Mexico’s changing economic outlook: from the lack of technical cadres to the disruptions caused by World War II, and the effects of statist economic intervention or the challenges presented by intense American competition.
Durante la primera mitad del siglo XX, numerosos cambios sociales, económicos, políticos y culturales sacudieron a México. La familia De la Torre no fue ajena a ellos. Sus archivos dan luz a las transformaciones en la vida cotidiana, maneras, costumbres y prácticas de los mexicanos de la época, particularmente de los católicos norteños.
La educación siempre fue una de las principales preocupaciones de la familia. Su ideal era formar buenos católicos y ciudadanos útiles para la patria. Los hermanos mayores jugaron un papel activo en la preparación de los menores, María en el frente doméstico e Ignacio, Francisco y Alfonso, gestionándoles oportunidades para continuar con sus estudios, aleccionándolos en sus cartas o contribuyendo con fondos. La familia entera, con medios económicos limitados, se interesaba en la educación continua de sus miembros. En su correspondencia solicitan y prestan libros y partituras o intercambian opiniones sobre artículos, conferencias y ejercicios espirituales. En ella también quedan documentados detalles de la vida cotidiana desde las pequeñas querellas familiares o las “cuelgas” (encargos) de parientes hasta sus sueños y aspiraciones: seguir una carrera musical, escuchar la primera misa de un hijo, encontrar esposa para sí o para alguno de los hermanos, construir una casa, empezar un negocio.
A este último respecto, los De la Torre se revelan como tenaces pequeños comerciantes, empleados y emprendedores. Don Ignacio dispensa consejos contables y jurídicos a sus hijos ávidos de dirección. Unos a otros se apoyan con capital y contactos comerciales. Las cartas de Benjamín, quien se convirtió en un empresario exitoso, dan cuenta de la cambiante situación económica en México: desde la carencia de cuadros técnicos o las interrupciones ocasionadas por la Segunda Guerra Mundial hasta los efectos del intervencionismo estatal o los retos presentados por la intensa competencia estadounidense.